lunes, 2 de noviembre de 2009

Suances














No sería sincero en absoluto si dijera que no me siento afortunado por vivir en Suances, una de las villas marineras cántabras que compiten en belleza con este paisaje agreste y el bravo mar que conforman nuestro sobrio y templado carácter.
Tampoco sería justo si no me sintiera afortunado de tener la posibilidad de descansar mi vista en la lejanía de este horizonte marino a sólo cinco minutos de El Prao, cuando el trabajo y el cansancio me lo aconsejan.
Los suancinos, muy marineros ellos, siempre han sido conscientes de los peligros de este mar que les impide, con frecuencia, salir a faenar viéndose obligados a volver los ojos a tierra durante largas jornadas invernales.
Así es muy normal que cada familia haya intentado reforzar su economía con la huertuca o las vacas por lo que las tierras de labor y los praos han sido siempre muy abundantes y la práctica agrícola y ganadera, una actividad habitual y complementaria de la pesca.

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